“…nombro por gobernadora de todos mis Reynos estados y señoríos, y tutora del príncipe mi hijo, y de otro qualquier hijo o hija que me hubiere de suceder a la Reyna doña Mariana de Austria mi muy chara, y amada muger con todas las facultades, y poder, que conforme a las leyes fueros, y privilegios, estilos y costumbres de cada uno de los dichos mis regnos, estados y señoríos...”
---------------------------------------------------------------------------------------
Felipe IV de España, veìa la muerte pròxima, pero estaba feliz. Tenìa un heredero!
El Rey, se había casado, primero, con Isabel de Francia. De esta unión nació un único hijo varón, el príncipe Baltasar Carlos, pero muriò joven.
El Rey, entonces, decidiò casarse en segundas nupcias (en 1649), con la archiduquesa Mariana de Austria, tratando de asegurar la continuidad en el trono.
Y le nacieron varios hijos, aunque sólo sobrevivieron dos : una infanta, (Margarita Teresa), y el último de los hijos varones, Carlos.
Cuando Carlos naciò, se lo tomò como un regalo de Dios.
---------------------------------------------------------------------------------------
(Se cuenta que, la habitación de la reina, en el momento de dar a luz parecía una sacristía.
Había reliquias llegadas de las iglesias de toda España..
Entre otras, habìa TRES espinas de la corona de Cristo, un diente de San Pedro, un trozo del manto de Marìa Magdalena, y una pluma del ala….DEL ARCÀNGEL GABRIEL !!!)
(Y...sì, polìticos honestos, no encontraron!)
-------------------------------------------------------------------------------------------
Carlos, infortunadamente, no fue agraciado por la naturaleza. Era poco o nada atractivo, de salud frágil, y de poca inteligencia.
Debido a su aspecto malsano, se lo llamò “El Hechizado”, atribuyendo sus problemas, a alguna brujerìa, aunque, claramente, la endogamia familiar, habìa cobrado, en èl, su precio.
El pobre príncipe, apenas tenía cuatro años, cuando su padre falleció, en 1665, dejando éste, establecido en su testamento, como regente a su viuda, la reina Mariana de Austria.
Pero Carlos, tenìa tanto corazòn! Dueño de una inocencia angelical, se ganaba el afecto de quien lo conociera.
--------------------------------------------------------------------------------------.
(Cuando le dieron a Carlos el retrato de su prometida Marìa Luisa de Orleáns, se cuenta que no quiso deshacerse de él. Lo apretaba contra su pecho y se paseaba, arrobado, por el Palacio diciendo: ¡Mi reina!, ¡Mi reina! )
-------------------------------------------------------------------------------------
La Regencia de su madre, fue una verdadera desgracia, para el Reino.
La Reina, depositò su confiana, en un sacerdote jesuita, Juan Everardo Nithard, el cual, estaba lleno de buenas intenciones, pero no tenìa las cualidades apropiadas para el puesto.
Èste, desplazò a un hermanastro de Carlos, llamado Juan Josè de Austria, quien Sì, podìa hacerse cargo, y amaba a Carlos, pero era incompatible con Nithard.
España, pagò el precio.
El pueblo sentía una especie de ternura por ese pobre rey enfermizo, pero no perdonaba a la clase dirigente, ni a los extranjeros que abusaban del país.
La única salida era la protesta, pero una protesta anónima, por medio de letreros y papeles pegados en las paredes y edificios, que solían estar escritos en verso y con cierta gracia.
Eran los famosos “pasquines”, única manera de desahogarse, sin ir a la cárcel
-------------------------------------------------------------------------------------------
(“ Pasquín” es una palabra italiana. El señor Pasquino era un sastre que vivía cerca de la plaza Navona, en Roma, y era famoso por su mala lengua y sus críticas mordaces. Después de su muerte se encontró cerca de su domicilio un busto romano, y la gente empezó a decir que se parecía a él. Tomaron la costumbre de pegarle unos carteles con versos satíricos, que leían y repetían los romanos, con mucha diversiòn. A esos carteles se le llamaron “pasquines”, en recuerdo de aquel hombre.)
--------------------------------------------------------------------------------------
A los 14 años fue la ceremonia de mayoría de edad, de Carlos II.
Èl, pidiò la presencia de su hermanastro Juan José de Austria, y querìa que èste, se ocupe del Gobierno..
Pero el Consejo de Estado y el de Castilla estipularon que, la Regencia, debía seguir en funciones durante dos años más, “ayudando” al rey.
Pero aquello era un caos. Demasiadas intrigas por el poder, sumìan al paìs en el desgobierno, y, en un arranque de desesperación, el Duque de Medinaceli y el Conde de Aranda, una noche del mes de Diciembre de 1676, sacaron al rey, lo llevaron a una dependencia privada, y allí le hicieron firmar una orden para:
1) Que su madre quedara confinada en sus habitaciones sin intervenir en las cosas de Estado.
2) Que mandara regresar a su hermanastro.
Y así se cumplió. Don Juan José regresó y Doña Mariana dejò la corte.
Don Juan Josè, comenzó un mandato que habría sido bueno, si hubiera tenido un plan de gobierno. (Cosa de la que, desgraciadamente, carecía!).
Se le fue todo el tiempo en preparar al rey para un buen reinado, empezando por lo más obvio: DEJARSE PEINAR! , costumbre que no había adquirido por pereza.
Cuentan que a este respecto, Carlos II exclamaba (molesto porque lo peinaban):
-“Ni los piojos, están seguros con Don Juan Josè!”-
--------------------------------------------------------------------------------------
(Es que, como se pensaba que el niño morirìa pronto, debido a su salud precaria, se habìan descuidado todos los aspectos de su educación. Y hasta de su aseo personal!)
-----------------------------------------------------------------------------------------
Otro tema, fue la bùsqueda de un heredero.
Carlos, era estèril. Sufrìa, el pobre Rey, de malformaciones que le impedìan engendrar.
Por supuesto, Marìa de Orleáns, sobrina de Luis XIV, no pudo darle un hijo. Y muriò joven, no sin antes, demostrarle cierto afecto, lo cual, unido al amor que sentìa por ella, lo sumiò en un estado de depresiòn.
Se casò, entonces, con Mariana de Neoburgo, que tampoco, a pesar de las peregrinaciones (?), le dio un descendiente.
-----------------------------------------------------------------------------------------
(Carlos, obsesionado con dar un heredero al trono, siguió las sugerencias de un astrólogo que le convenció de que curaría su esterilidad, desenterrando los cadáveres de sus parientes y abrazándolos, cosa que hizo el monarca. La escena debió resultar dantesca. Pero no surtiò efecto!)
-----------------------------------------------------------------------------------------
Mientras el joven y desafortunado Rey, de poco mas de 30 años, agonizaba lenta y dolorosamente, casi en estado de estupor, el paìs era gobernado por su esposa, y el Cardenal Portocarrero.
Inglaterra, Francia, y Austria, como buitres, tejìan intrigas para quedarse con el trono. Esto derivarìa en la “Guerra de sucesiòn Española”, de la que saldrìan triunfantes los borbones.
Luis de Borbòn y Saboya, asumirìa como “Felipe V”.
Pero nada de esto, le fue importante a Carlos II. Observò llegar a la muerte, fijamente, pero con ojos vacìos.
El 1 de noviebre del año 1700, antes de morir, le dijo a su esposa:
-“Me duele todo”-
Y asì partiò el ùltimo de los “Austrias”. Tenìa, tan solo, 38 años.
Nada volverìa a ser lo mismo, en España.
Buenas tardes.
-----------------------------------------------------------------------------------------